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Anasse Kazib: “La jornada del 18 de octubre y la huelga de las refinerías ha puesto en alerta a Macron”.

La jornada del 18 de octubre y la huelga de las refinerías ha sido un primer aviso para Macron. La huelga no se ha generalizado, pero nuevos sectores han entrado al combate por los salarios. Los trabajadores de las refinerías han abierto el camino, debemos construir la perspectiva de la huelga general.

Anasse Kazib

Jueves 20 de octubre de 2022
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El gobierno esperaba esquivar la cuestión de los salarios, para poner en marcha cuanto antes su ofensiva contra las pensiones. Su política ha sido un fracaso. Ninguna de sus estratagemas ha podido contener la rabia, ni “el fin de la abundancia” ni “el consejo nacional de la refundación”, han funcionado.

El 18 de octubre, la clase obrera y la juventud dieron una primera respuesta: el único “fin de la abundancia” que aceptaremos, es la abundancia de los dividendos para los accionistas y los miles de millones para los patrones. Exigimos a partir de ahora nuestro dinero y nuestra parte. No nos conformaremos con migajas.

La indexación de salarios sobre la inflación había sido en los últimos 30 años una consigna desaparecida, actualmente está en todos lados, gracias a la presión de la lucha de los petroquímicos. Nos hace falta seguir defendiéndola para unificar a nuestra clase contra los Grenelles (Ndt: referencia a Acuerdos de Grenelle que pusieron fin a las huelgas de mayo del 68) y otras farsas reformistas.

Lo mismo hay que hacer con el aumento de salarios. Los trabajadores exigen 300, 400 o 500 euros más de aumento, y no solo aumentos limitados a la inflación o porcentajes que favorezcan a los salarios más altos. Exigir una cantidad concreta, es también una importante victoria del último periodo.

El gobierno sabe perfectamente que entra en una fase de complicaciones. Los trabajadores de las refinerías han mostrado que con la huelga es posible hacer frente a un gigante como Total y obligarle a ceder, incluso aunque no hayan obtenido, por el momento, el conjunto de sus reivindicaciones. Sin la huelga, no habrían obtenido ninguna.

Han dado el ejemplo de que la fuerza de los trabajadores es la huelga. No la negociación sino la correlación de fuerzas. Si la CFDT firmó un acuerdo a espaldas de los huelguistas, es únicamente gracias a los petroquímicos en lucha por lo que pudieron obtener 6.000 euros en primas y un 5% en salarios.

Todo el mundo ha visto que la huelga de los refineros plantea su extensión. Nuevos sectores como los trabajadores de Airbus en huelga por un aumento del 10% de sus salarios (siguiendo el ejemplo de los petroquímicos) se unen a la lucha. En los transportes también comienzan a prepararse huelgas locales.

El gobierno y las patronales no pueden esquivar la presión que comienza a crecer. Una situación que podría volverse más subversiva con un escenario de posible recesión en el horizonte (peligrosamente) en Francia. Cada lucha es una escuela de guerra para nuestra clase, debemos tomar consciencia de nuestra fuerza y aprender de nuestros errores.

Para ello, hace falta hacer un primer balance. Debemos aprender que necesitamos una mayor coordinación entre nosotros y un verdadero plan de batalla, algo que no se prepara en 4 días. Poner en pie una estrategia de huelga reconductible no requiere únicamente de voluntad, sino también un tiempo necesario de preparación, de poner en marcha cajas de resistencia, y la movilización de los camaradas.

Muchos sectores que han tenido apenas un preaviso de 15 días no han podido sumarse a la huelga, por ejemplo Keolis, Transdev o los aeropuertos.

Esto es lo que las bases deben impulsar a partir de ahora. Para que las burocracias sindicales no eludan la batalla, y vuelvan a las reuniones para destrozar nuestras pensiones, debemos obligarlas a plantear no una huelga de 24 horas sino una reconductible.

Nos jugamos mucho ahora: la ventana de oportunidad de la que hablamos no es sólo la escasez de combustible es también política. Hay un ambiente generalizado de rabia e indignación por el hecho de que la riqueza sea acaparada por los patrones y también un pensamiento de ir pelear todos juntos.


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