La notificación por parte del gobierno de la Comunidad de Madrid de trasladar a los trabajadores al Hospital de Emergencias Isabel Zendal, ha sido la gota que ha colmado el vaso para los trabajadores de la empresa, que también protestan por sus condiciones laborales.
Los trabajadores, que dan servicio a la línea 061 de Emergencias y Urgencias sanitarias, convocan una huelga intermitente todos los lunes y los sábados hasta que la Comunidad revierta la situación. Declaran, además, que la maniobra es una estrategia de la presidenta Isabel Díaz Ayuso de justificar la existencia del Zendal, porque tal y como han denunciado los trabajadores, no cuenta prácticamente con pacientes. El hospital se encuentra a 16 kilómetros del actual emplazamiento en la calle Antrazita de la empresa que da servicio al 061, en una zona mal comunicada.
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Los trabajadores, que cobran 1240 mensuales por atender las llamadas de Emergencias, llevan ya tiempo demandando a la empresa una subida salarial y una mejora en las condiciones de trabajo. Por ejemplo, los trabajadores reclaman que se les aplique un convenio distinto al que aplica a los teleoperadores comerciales, por las especificaciones de su trabajo. Una petición que ha sido sistemáticamente desatendida por las empresas a las que pertenecen (Servitel y Servitelco), subsumidas en Ilunion.
Un servicio que no debería estar en manos privadas
Madrid es una de las comunidades autónomas donde peor se paga a los trabajadores de este servicio, tal y como denuncian los propios trabajadores. Y esto es posible también gracias a la dejadez del gobierno regional, que se plegó a las condiciones impuestas por la empresa cuando se privatizó el servicio. Un servicio, como el de la limpieza de los hospitales o el de servicio de atención a domicilio, que no debería ser privado.
Los y las trabajadoras del SUMMA reclaman, también, que su servicio sea público. Con el servicio privatizado, se tiende a la contratación a la baja porque la empresa abarata costes y saca beneficio a costa de la explotación laboral desmesurada, al mismo tiempo que se lucra de dinero público.
Esta lucha que, como ya planteó la del Servicio de Atención a Domicilio ha de serlo por la remunicipalización del servicio. Es intolerable que el servicio de Emergencia, un servicio público esencial, se encuentre en manos privadas y no esté garantizado por el Estado y las Comunidades Autónomas.
Por una necesaria coordinación de luchas
La huelga del SUMMA 112 se suma a la de los sanitarios que recorre todo el Estado y a la huelga de la Atención Primaria madrileña. Una huelga que pretende acabar con el desmantelamiento de la sanidad pública madrileña, perpetrado por el PP de Ayuso y permitido por las políticas estatales del Gobierno de PSOE y UP, que lejos de reforzar la sanidad tras la pandemia, lo único que han reforzado son las partidas relativas al gasto militar.
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Sin la coordinación de las luchas del SUMMA 112, la Atención Primaria, el Servicio de Atención Domiciliaria y otras muchas de servicios públicos que están siendo desmantelados y vendidos por piezas al sector privado, la victoria no está, en absoluto, garantizada. Es por eso que la clase trabajadora y los sectores populares debe pelear, no solo contra Ayuso y sus medidas privatizadoras y neoliberales, sino contra las burocracias sindicales que no convocan asambleas masivas de trabajadores de todos los sectores para dar una respuesta unificada.
Tal y como expresaba Diana, trabajadora del Hospital 12 de octubre de Madrid: “La única manera de avanzar es con la unión de todos los trabajadores”. Independientemente del sindicato al que pertenezcan, o si no pertenecen a ninguno y en unión con la movilización popular en los barrios que está jugando un importante papel en este conflicto, debemos apostar por unir “por abajo” lo que la dirección de los grandes sindicatos así como los gobiernos separan “por arriba”.
Con este espíritu, los estudiantes de la Complutense han convocado a su vez una movilización el día 24 de enero contra el nombramiento como “Alumni Ilustre” de Isabel Díaz Ayuso. En mitad de los numerosos conflictos que ponen en entredicho su nefasta política neoliberal, destacan que es intolerable que la universidad le otorgue ningún galardón.
Por eso, tras una asamblea donde participaron trabajadoras de la sanidad, de la universidad y estudiantes, se convocó una movilización el 24 donde no solo participen los estudiantes de la Complutense, sino donde puedan intervenir trabajadoras de sanidad en huelga y en lucha por un servicio que necesitamos todos y todas.