Discursos racistas, LGTBfóbicos y reaccionarios. Esto es lo que parece que no le molesta a la Universidad Carlos III de Madrid tener dentro de sus puertas. Es por este motivo que el próximo miércoles tendrá lugar un acto de VOX en una de las aulas de la universidad.

Durante las últimas semanas, no han parado de sucederse los mítines de partidos políticos que venían a hacer campaña electoral en el campus. Sin embargo, la misma universidad quita los carteles de las asambleas estudiantiles si no están "sellados", prohíbe que se desplieguen pancartas, persigue las asambleas en el césped y en los vestíbulos de la universidad y reprime a los estudiantes por protestar con una fuerte presencia del cuerpo de seguridad del campus.

Todo ello no es casual. Es una actividad consciente y deliberada por seguir apostando por una universidad neoliberal y privatizadora, donde los estudiantes solo sean sujetos pasivos que reciban el conocimiento justo para salir al mercado laboral a ser trabajadores precarios.

Se trata del enésimo escándalo de la Carlos III en el último periodo. Hace unos meses se hizo público un supuesto caso de corrupción por parte del exrector Juan Romo y el nombramiento de Francisco Marhuenda como presidente del Consejo Social, máximo órgano de decisión de la universidad. ¡Un periodista de ultraderecha -que declaró en un programa de televisión que sus becarios estaban encantados cobrando 500€- decidiendo sobre las cuestiones más importantes de la universidad!

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Es necesario organizar un fuerte movimiento estudiantil que pelee por tener espacios para la autoorganización estudiantil y el pensamiento crítico, que denuncie el funcionamiento de las universidades totalmente antidemocrático y al servicio de las empresas, que expulse los discursos racistas, misóginos y de extrema derecha de nuestras facultades y que pelee, en definitiva, por otra universidad, al servicio de la clase trabajadora y los retos de esta sociedad, que no son pocos. Y eso solo lo puede hacer con independencia de los rectores y decanos, denunciando que son una casta universitaria al servicio del Régimen y las empresas privadas y son quienes abren las puertas a estos grupos ultraderechistas, y enfrentándose al neorreformismo de Unidas Podemos, que con su ministerio de Universidades aprueba leyes reaccionarias al servicio de la derecha y las empresas como la LOSU (Ley Orgánica del Sistema Universitario) y la LCU (Ley de Convivencia Universitaria).

Contra la casta universitaria, los partidos del Régimen y la represión de la universidad y el gobierno, ¡organicémonos en un movimiento estudiantil combativo! ¡Luchemos como en Francia!